Marchando un café bajo en acrilamidas

Para quienes disfrutan del café, ese primer sorbo del día es un auténtico placer. Sus aromas y sabor no solo despiertan el cuerpo, sino también los sentidos, cosa que ayuda a comenzar la jornada con energía renovada.
Eso sí, es importante aclarar que no todos los cafés son iguales ni tienen el mismo impacto en nuestra salud. ¿Sabías que el café también puede contener una sustancia llamada acrilamida?
En este artículo vamos a explicarte qué son las acrilamidas, por qué se forman en el café, qué riesgos implican y cómo puedes reducir tu exposición sin renunciar al placer de una buena taza.
Porque sí, es posible seguir disfrutando del café, pero con consciencia. Y si además es un café delicioso, de calidad, ecológico y más saludable… mejor que mejor.
Prepárate un café (¡a poder ser bajo en acrilamidas!) y sigue leyendo.
¿Qué son las acrilamidas en el café y por qué pueden ser peligrosas?
Las acrilamidas son compuestos químicos que se forman de manera natural cuando se cocinan ciertos alimentos a temperaturas superiores a 120 ºC, especialmente aquellos que contienen azúcares y el aminoácido asparagina, en una reacción química conocida como la reacción de Maillard.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha clasificado las acrilamidas como sustancias “posiblemente carcinógenas para los seres humanos” (Grupo 2A).
Actualmente, no existen límites máximos legales para las acrilamidas en los alimentos.
Aunque las cantidades presentes en una taza de café son bajas, la gran frecuencia con la que consumimos, sumada a todas las otras acrilamidas que consumimos a lo largo del día a través del pan tostado, las patatas fritas, las galletas, los cereales de desayuno crunchy, los rebozados, la carne a la plancha, las barbacoas, etc. hace que la ingesta diaria total no sea nada despreciable.
Por este motivo, optar por una tostada poco hecha, una carne empanada clarita o un café con un tueste más ligero pueden ser pequeños gestos que ayudan a reducir la exposición a estas sustancias.
¿Qué café tiene acrilamidas?
Todos los cafés sometidos a un proceso de tueste contienen acrilamidas. Sin embargo, podemos elegir aquellos con un tueste más ligero, para que el café de cada mañana sea una fuente de antioxidantes con un menor aporte de acrilamidas.
Dentro de los cafés tostados hay dos categorías muy diferentes:
Café torrefacto
Durante su proceso de tueste, se le añaden azúcares para enmascarar el sabor amargo y lograr un color negro intenso. Estos cafés están especialmente cargados de acrilamidas y tanto por el exceso de azúcar como por su alto contenido en compuestos potencialmente nocivos, los deberíamos evitar. ¡Vigila porque la mayoría de los cafés de bar son cafés torrefactos!
Café natural
Está compuesto por granos de café verde tostados, en este caso no se añaden azúcares en el proceso. Su color es menos oscuro que un café torrefacto, pero su sabor y aroma son más ricos y complejos.
Dentro de los cafés naturales, la cantidad de acrilamidas generadas durante el tueste varía según el tiempo y la temperatura utilizados. Lo ideal es aplicar un tueste controlado y moderado, el justo para extraer todos los aromas y sabores del grano, sin necesidad de provocar la producción de muchas acrilamidas.
Por eso, priorizar cafés naturales con un tueste más ligero es una excelente elección para convertir tu taza diaria en un gran chute de antioxidantes y reducir la exposición a las temidas acrilamidas.
Las marcas de cafés más comerciales, por lo general, someten los granos a temperaturas muy elevadas, alrededor de los 600 ºC, ¡un método que favorece la formación de muchas acrilamidas!
En Como Como Foods apostamos por cafés que se tuestan a baja temperatura con el objetivo de minimizar la formación de acrilamidas y mantener intactas las propiedades beneficiosas del café.
¿El café soluble tiene más acrilamidas que el café en grano?
Otra opción que encontramos en el mercado es el café instantáneo o soluble. Existen principalmente dos tipos de cafés solubles: los que se elaboran por un proceso de secado o por un proceso de liofilización.
En aquellos que se producen por un proceso de liofilización, como se congela la infusión de café a temperaturas muy bajas y luego se le hace el vacío, los antioxidantes se conservan bastante bien.
En cambio, cuando el café soluble se elabora por el proceso de secado, y como es un proceso a altas temperaturas, se pierden nutrientes, aromas y sabor, y aumenta significativamente el contenido de acrilamidas.
El café soluble puede llegar a contener hasta el doble de acrilamidas en comparación con el café recién hecho. Además, al perder parte de su sabor original, muchas marcas le añaden colorantes, saborizantes y aromatizantes, y lo convierten en un producto ultraprocesado que conviene evitar en la medida de lo posible.
Café sin acrilamidas: ¿realidad o mito?
Existe un tipo de granos de café que no contienen acrilamidas: los granos de café verde. Pero claro, no tiene el sabor característico del café al que todos estamos habituados, ¡es otra bebida distinta! Si esperas encontrar el sabor del café clásico, probablemente te decepcionen.
El café verde no ha pasado por el proceso de tueste, por lo que conserva intactos muchos de sus compuestos originales, incluyendo una mayor cantidad de ácidos clorogénicos, que tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Sin embargo, su sabor es más herbal, terroso y ácido, y su preparación se parece más a una infusión que a un espresso o café convencional.
Cómo elegir un café bajo en acrilamidas sin perder calidad
Que sea café al natural
Descarta las versiones de café torrefacto y escoge siempre café al natural. Reducirás la cantidad de azúcares que consumes, así como la cantidad de acrilamidas que incluyes a tu dieta.
Que sea de tueste ligero
Busca granos de café que indiquen que son de tueste ligero. Mantendrán más intactas las propiedades del café y reducirás la cantidad de acrilamidas de tu taza de café.
Que sea café de altura
Las variedades de café más comercializadas son la arábica (Coffea arabica) y la robusta (Coffea canephora), cada una con unos requisitos de conreo distintos que determinan sus características de sabor y aroma; la variedad arábica tiene un sabor ligeramente afrutado, dulce y floral, y la robusta destaca por su potencia y amargor.
El café arábica es el más exclusivo, ya que solo crece en zonas elevadas, entre 600 y 2.300 metros de altitud, de aquí que se le conozca como “café de altura”, donde hay las características que necesita: temperatura constante, humedad elevada y sin luz directa.
Cuanto más elevada es la zona de conreo, más complejos son los aromas de sus frutos y más difícil, reducido y exclusivo se convierte su café.
Entre nuestras opciones de café tienes dos opciones de café arábica: el café Guatemala, en colaboración con Incapto. Este café está cultivado a 1.400 metros de altitud, es un café aromático y ácido, con matices de azúcar de caña, frutos secos y cacao.
Pero si prefieres un café con más aromas frutales y florales, nuestro café de Colombia es tu mejor opción.
Que no se te olvide utilizar una agua de calidad
Más allá de escoger un tipo de café u otro en función de tus preferencias y, sobre todo, teniendo en cuenta que no sea torrefacto y de tueste ligero, el café no deja de ser una infusión de granos de café en agua. Usar agua filtrada de gran calidad mejorará notablemente el sabor final del café.
Café molido vs. café en grano: ¿cuál es más saludable?
El café molido pierde propiedades y aroma tan solo 15 minutos después de estar en contacto con el aire. ¡Moler el grano te toma un minuto, y a cambio conservas todos sus aromas y antioxidantes intactos!
Siempre que puedas, apuesta por el café en grano y muélelo justo antes de prepararlo. Ganarás en sabor, aroma… ¡y salud!
Si no tienes una máquina que lo muela justo antes de hacer el café, puedes utilizar un molinillo de café tanto electrónico como manual. Ya verás que, en cuanto a aromas y sabor, no tiene nada que ver.
Cafés bajos en acrilamidas en Como Como Foods
En Como Como Foods apostamos por cafés naturales, ecológicos y tostados a baja temperatura para minimizar la formación de acrilamidas y conservar todas las propiedades antioxidantes del café. Aquí te presentamos nuestras dos opciones favoritas:
Café de Guatemala
Cultivado a 1.400 metros de altitud, este café 100% arábica es aromático y con una acidez equilibrada. Presenta notas de azúcar de caña, frutos secos y cacao. Ideal para quienes buscan cuerpo y complejidad en cada sorbo.
Café de Colombia
Si te gustan los cafés más afrutados y florales, este es tu aliado. También de altura y variedad arábica, ofrece una experiencia sensorial suave, con matices vivos y refrescantes. Tienes opción con y sin cafeína.
Ambas opciones son naturales, de tueste ligero y en grano, perfectas para quienes quieren disfrutar del café… sin sustos ocultos.
Elegir un café de calidad va más allá del sabor: también es una forma de cuidar tu salud. Apostar por café natural, de tueste ligero, sin azúcares añadidos y en grano, ayuda a reducir la exposición a acrilamidas.
Pequeños gestos como evitar el torrefacto o usar agua filtrada, marcan la diferencia. Porque el mejor café es el que disfrutas… y te sienta bien.