Purificador de agua para grifo
Que salga agua del grifo es un milagro de la ingeniería civil, pero precisamente porque tenemos agua potable, esta agua es sometida a unos procesos de desinfección que crean subproductos que no nos son beneficiosos.
No es cuestión de sembrar el pánico, pero sí es importante, en función del agua que nos llegue a casa, buscar soluciones para mejorarla.
Entre las principales fuentes de contaminación del agua potable encontramos:
- La contaminación microbiológica, principalmente bacterias y parásitos. No son los más habituales, pero sí que puntualmente y dependiendo de donde vivamos puede ser que nos llegue agua potable con niveles un poco más elevados de los recomendados de E. coli o de Giardia.
- La contaminación por metales pesados; arsénico, mercurio o plomo pueden llegar a través de las tuberías, ya sean las municipales o las de tu domicilio si vives en una finca antigua. Debemos conseguir tener cuantos menos metales mejor entre el agua que bebemos y los alimentos que ingerimos para evitar el efecto cóctel y la bioacumulación en el organismo.
- La contaminación por productos radiactivos. Dependerá del terreno por donde pase el agua y las industrias colindantes. Estos contaminantes también son de los menos frecuentes.
- Los contaminantes químicos. En este punto se encuentran los pesticidas, herbicidas, nitritos y nitratos, que proceden de fertilizantes y residuos de la agricultura y ganadería intensiva y los trihalometanos. Estos compuestos se desencadenan cuando reacciona la materia orgánica con el cloro del agua, y en estudios recientes se apunta que en algunas regiones de España tenemos valores que triplican la media europea. También encontramos entre los contaminantes químicos más frecuentes los metabolitos de medicamentos, los microplásticos y el bisfenol A.
¿Por qué debemos filtrar el agua del grifo?
Las empresas potabilizadoras analizan y eliminan parte de estas sustancias, pero no todas ellas o no a los niveles que las evidencias actuales apuntan como saludables. Así que por prevención y por salud no tenemos otro remedio que investigar el agua que nos llega a casa y, si hace falta, poner un filtro al agua del grifo.
Otro motivo por el cual debemos considerar purificar el agua de casa, y no menos importante que el anterior, es para mejorar el sabor. Si el agua de tu casa huele muy fuerte a cloro o sabe mal y por eso no bebes suficiente agua u optas por botellas de plástico, que tienen un impacto nefasto para la salud y el medioambiente, es el momento de pensar en utilizar un purificador de agua.
¿Cómo funcionan los purificadores de agua?
En el mercado hay distintos tipos de purificadores de agua. Te contamos los pros y contras de los principales sistemas.
- Los sistemas de osmosis inversa. Estos filtros de agua utilizan diferentes tipos de membranas y depósitos para limpiar el agua. La membrana que da nombre al sistema, la membrana semipermeable de ósmosis inversa, no deja pasar minerales e iones del agua con el objetivo de eliminar las partículas más grandes del agua potable. El índice de paso de esta membrana depende de la concentración de partículas, la presión y flujo de agua e incluso de la temperatura de esta. Este proceso acostumbra a eliminar entre el 95 y 99% de las sustancias disueltas en el agua.
Es un sistema caro y que, al eliminar gran parte de las sustancias que se encuentran en el agua, también elimina muchos minerales que son muy interesantes para la salud. Es cierto que la mayoría de los modelos de ósmosis inversa del mercado actuales añaden un filtro remineralizador, pero este solo añade calcio y magnesio; el resto de minerales eliminados y que encontramos en el agua potable, no los recupera.
Si se opta por este tipo de purificador de agua, hay que agregar un chupito de agua de mar, que nos va a aportar todos los minerales que nos interesan, a la jarra de beber.
- Las jarras con cartuchos de carbón activo. El carbón activo es una sustancia que tiene la capacidad de absorber en su estructura microperforada todas las sustancias pequeñas que se encuentren en el agua. Estas jarras tienen una capacidad filtrante limitada por la cantidad y calidad de carbón activo que utilizan y cada 2-4 meses aproximadamente hay que cambiarles el filtro. Dependiendo del tipo y calidad del agua, este método puede ser insuficiente.
- Los filtros de carbón activo, bajo o sobre encimera. En este caso, el filtro está formado principalmente por carbón activo, que elimina gran parte de las impurezas que pueda tener el agua, entre ellas el cloro, por lo que el sabor del agua mejora drásticamente. Es muy importante buscar los que también llevan gránulos de zeolita, puesto que amplifican y complementan el poder filtrante del carbón activo.
A nivel económico, estos métodos salen mucho más a cuenta a medio-largo plazo que las jarras con cartuchos de carbón activo.
Purificador de agua con carbón activado y zeolita
Nuestra apuesta son los filtros Doulton de acero inoxidable, que, con la vela filtrante Ultra Purify con zeolita, certificada por la NSF, la certificadora internacional de productos y tratamientos de distribución del agua. Al ser un filtro de acero inoxidable, no aporta ningún subproducto de la degradación del plástico.
La vela filtrante Ultra Purify con zeolita es óptima de 12 a 24 meses o para 10.000 litros de agua. Esta vela filtrante trabaja en 4 etapas complementarias de filtrado:
- Una capa de cerámica exterior que elimina del agua todas las sustancias superiores a 0,2 micras.
- Un baño de plata ionizada con capacidad bactericida y desinfectante.
- Unas perlas reductoras de cal con gránulos de zeolita que reducen la cantidad de cal del agua, ¡muy interesante para zonas con aguas muy duras! Además, estos gránulos de zeolita eliminan sustancias como el mercurio, el plomo, el aluminio, el arsénico, los microplásticos, sustancias radiactivas como el plutonio y el uranio y los PFAS.
- Junto a un corazón de carbón activo que elimina un promedio del 95 % de todas las impurezas del agua, entre las que se encuentran el cloro, contaminantes orgánicos, pesticidas, compuestos volátiles orgánicos, bisfenol A y restos de medicamentos.
Un aspecto a destacar de este filtro de carbón activo son los gránulos de zeolita, que maximizan el poder filtrante total del filtro.
La zeolita es un mineral con una estructura porosa muy valiosa para los filtros de agua por sus propiedades únicas de adsorción y eliminación de sustancias metálicas, amoníaco, compuestos orgánicos e isótopos radiactivos del agua.
En los filtros de agua, estos dos componentes —carbón activo y zeolita— se complementan perfectamente para conseguir una óptima filtración del agua.
¿Qué opciones de filtro tengo?
Existen diferentes modelos de filtros Doulton: sobre encimera, bajo encimera y packs con filtro bajo encimera y grifo adicional de 1 o 3 vías. Las opciones son muchas y se adaptan a tu cocina, tu estilo de vida y tus necesidades.
- Que no tienes espacio bajo la encimera: tienes el filtro sobre encimera que se instala muy fácilmente y además te lo puedes llevar en vacaciones donde vayas para disponer de agua filtrada siempre.
- Si, por contra, te cabe un filtro bajo la encimera, tenemos la solución con un filtro fijo, permanente y discreto que queda oculto. También se puede instalar para que alimente a una nevera de hielo y agua fría, pues cuenta con un cartucho especial para proteger el sistema del refrigerador.
- Si tienes espacio debajo del fregadero, pero prefieres tener dos salidas de agua, una con agua filtrada y otra sin filtrar, tenemos una solución para ti, el filtro de bajo encimera con grifo adicional.
- Por otro lado, tienes el filtro de bajo encimera más el kit de grifo de tres vías. En un mismo grifo y con un pequeño gesto supersimple tendrás agua caliente, fría y filtrada, todo en uno. ¡Más comodidad imposible!
No esperes ni un día más para dejar de lado las botellas de plástico y apostar por un sistema de purificación del agua que la deje sin residuos potencialmente tóxicos y —no sé si lo más importante, pero lo es mucho— ¡sin sabor a cloro!
Y recuerda que nuestras células son agua, nuestro cuerpo es un 74 % agua y nuestro cerebro es un 85 % agua. Es muy importante que la mayor parte de nuestra hidratación provenga del agua, agua fresca o en forma de caldos, consomés, infusiones… y evitar las sustancias con cafeína y teína, azúcares y diuréticas.