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Los PFAS en el agua: cómo reducir las sustancias químicas en el agua potable

Articulo PFAS en el agua

Los PFAS son compuestos químicos que se han ido utilizando en diferentes procesos industriales, y esto ha provocado que muchas de estas sustancias estén presentes por tierra, mar y aire. 

Debido a su alta resistencia, los PFAS son extremadamente persistentes en el medio ambiente y en las personas, cosa que supone un riesgo para la salud y el bienestar.

En este artículo te explicamos cómo puedes localizarlos, dónde se encuentran y el impacto que tienen sobre el agua potable.

¿Qué son los PFAS?

Los PFAS, conocidos como sustancias per- y polifluoroalquiladas, son un grupo amplio de compuestos químicos sintéticos que han sido utilizados en una variedad de productos industriales y de consumo desde la década de 1940

Son conocidos por su resistencia al agua, al aceite y a las manchas, lo que los hace muy útiles en una variedad de aplicaciones. 

Sin embargo, esta misma resistencia también los hace extremadamente persistentes en el medio ambiente y en el cuerpo humano, lo que ha llevado a que se les conozca como «químicos eternos».

Características de los PFAS

Las sustancias per- y polifluoroalquiladas se caracterizan por tener las siguientes propiedades que explican su alto uso en diversos productos:

Resistencia térmica

Soportan temperaturas extremas sin degradarse, lo que los hace ideales para aplicaciones en entornos con altas temperaturas, como la industria automotriz y aeroespacial.

Estabilidad química

Son altamente resistentes a la degradación química, lo que significa que son duraderos y no reaccionan fácilmente con otras sustancias.

Resistencia al agua y al aceite

Repelen el agua y el aceite, lo que los convierte en materiales muy utilizados para impermeabilizar y proteger superficies

Propiedades de baja fricción

Reducen la fricción entre las superficies, lo que los hace útiles para lubricantes, cojinetes y otros componentes mecánicos.

Usos más comunes de los PFAS

Estas características hacen que los PFAS se utilicen de forma frecuente en diferentes productos. Algunas de las aplicaciones más habituales o los usos más comunes son los siguientes:

Revestimientos antiadherentes

Los PFAS se utilizan para crear superficies antiadherentes en utensilios de cocina, como sartenes y ollas, lo que facilita la limpieza y evita que los alimentos se peguen.

Textiles

Los PFAS se impregnan en telas para hacerlas resistentes a las manchas, al agua y a la suciedad. Habitualmente suelen encontrarse en piezas de ropa, alfombras, tapicerías y otros productos textiles.

Embalajes de alimentos

Los PFAS se utilizan como revestimientos en empaques de alimentos grasos, como pizzas, hamburguesas y patatas fritas, para evitar que la grasa penetre en el envase y afecte a la calidad del producto. También se utilizan en envases de alimentos congelados para evitar que se formen cristales de hielo.

Espumas contraincendios

Los PFAS son componentes clave en espumas contraincendios altamente eficaces, especialmente en aeropuertos y bases militares, debido a su capacidad para extinguir rápidamente incendios de combustibles líquidos.

Su efectividad se debe a su capacidad para formar una barrera entre el fuego y el combustible, que sofoca el fuego y reduce la producción de humo.

Otros usos de los PFAS

También se utilizan en una amplia gama de otras aplicaciones, como: cosméticos, como el rímel y la base de maquillaje, contienen PFAS para mejorar la durabilidad y la resistencia al agua.

También se utilizan en productos electrónicos y de limpieza. En el primer caso, las sustancias pre- y polifluoroalquiladas suelen utilizarse en circuitos impresos y otros componentes electrónicos para protegerlos de la corrosión y la humedad

Por otro lado, algunos limpiadores de hornos y los impermeabilizantes contienen PFAS para mejorar su eficacia. 

Tipos de PFAS

Los PFAS comprenden una amplia variedad de compuestos químicos, muchos de los cuales tienen diferentes propiedades y usos. No obstante, los PFAS pueden ser categorizados en varias subclases basadas en su estructura química y sus aplicaciones específicas. 

A continuación, te explicamos los tipos más comunes de PFAS:

Ácidos perfluoroalquilsulfónicos (PFSA)

  • Ejemplo principal: sulfonato de perfluorooctano (PFOS)
  • Uso: Usado en espumas contraincendios, tratamientos de superficies, textiles, cuero y papeles.

Ácidos perfluoroalquílcarboxílicos (PFCA)

  • Ejemplo principal: Ácido perfluorooctanoico (PFOA)
  • Uso: Utilizado en la fabricación de fluoropolímeros, que se usan en recubrimientos antiadherentes como los de las sartenes.

Ácidos fluoroteloméricos

  • Ejemplo principal: Ácido 8:2 fluorotelomérico (8:2 FTA)
  • Uso: Utilizados en la producción de recubrimientos repelentes al agua y al aceite en textiles y papel.

 Sustancias fluoroteloméricas y perfluoradas (fluorotelómeros)

  • Ejemplo principal: Alcoholes fluoroteloméricos (FTOH)
  • Uso: Empleados en la producción de polímeros y como agentes de superficie en pinturas, recubrimientos y productos de papel.

Perfluoroalquilsulfonamidas

  • Ejemplo principal: Perfluorooctanosulfonamida (PFOSA)
  • Uso: Utilizados como intermediarios en la síntesis de otros productos PFAS y en tratamientos de superficies.

Polímeros perfluorados y polímeros con segmentos perfluorados

  • Ejemplo principal: Politetrafluoroetileno (PTFE, conocido comercialmente como teflón)
  • Uso: Utilizados en recubrimientos antiadherentes, selladores, y en aplicaciones industriales por sus propiedades de resistencia química y térmica.

Éteres de polifluoroalquilo

  • Ejemplo principal: GenX (una tecnología usada como sustituto de PFOA)
  • Uso: Usado en la producción de fluoropolímeros y otros materiales industriales.

Estos tipos de PFAS comparten características comunes de resistencia térmica, hidrofobicidad y estabilidad química, lo que los hace útiles en una variedad de aplicaciones industriales y de consumo. 

Sin embargo, su persistencia y bioacumulación en el medio ambiente y en los organismos vivos son motivo de gran preocupación. La investigación continúa para entender mejor sus efectos y para desarrollar alternativas más seguras.

¿Dónde hay más PFAS?

Existen miles de compuestos PFAS, con estimaciones que varían entre 5.000 y más de 9.000 tipos diferentes

La continua producción y uso de nuevos compuestos PFAS incrementa el desafío de gestionar su presencia y mitigar sus impactos en la salud y el medio ambiente. Sigue leyendo para saber dónde se esconden: 

Agua Potable

Los PFAS pueden contaminar fuentes de agua potable, especialmente cerca de instalaciones industriales que los utilizan o fabrican, así como cerca de sitios donde se han usado espumas contraincendios.

De hecho, en varios estudios, los PFAS han sido detectados en niveles elevados en el agua potable de ciudades cercanas a plantas industriales que producen o utilizan estos compuestos.

Productos de consumo

Principalmente, se han detectado PFAS en productos comunes de consumo, como textiles tratados, envases de alimentos y utensilios de cocina, lo que contribuye a la exposición diaria en el hogar. 

Principalmente, los encontramos en utensilios de cocina antiadherentes, como sartenes con revestimiento de teflón, aunque no son los únicos productos de consumo donde existe una presencia de PFAS. 

Aparecen en la ropa impermeable y resistente a las manchas, alfombras y tapicerías tratadas con repelentes, pero también en los envases de alimentos que resisten el aceite y la grasa, como bolsas de palomitas de maíz para el microondas, o en algunos cosméticos para darles propiedades hidratantes o protectoras.

Ambientes industriales

Se encuentran en fábricas que producen o utilizan PFAS en procesos de manufactura o en instalaciones de tratamiento de residuos donde se manejan productos contaminados con PFAS.

Espumas contraincendios

Utilizadas en aeropuertos, bases militares y sitios industriales para combatir incendios de combustibles y también en áreas de entrenamiento de bomberos.

Medio ambiente

En zonas industriales y sitios de desechos, los PFAS se acumulan en el suelo y sedimentos, cosa que afecta la calidad del suelo y el agua subterránea

También en ríos, lagos y cuerpos de agua afectados por efluentes industriales. Y en el aire, debido a emisiones industriales y volatilización de productos que contienen PFAS.

Alimentos

Los PFAS pueden contaminar los alimentos a través del agua utilizada en el riego, el empaquetado o por la presencia en el suelo donde se cultivan.

¿Mi agua tiene PFAS?

En España, hasta hace poco, no se había realizado un seguimiento sistemático de los niveles de PFAS en el agua del grifo. 

Esto dificulta determinar si la población está consumiendo PFAS por encima de los límites de seguridad establecidos o si están bebiendo un agua contaminada con este tipo de sustancias.

Sin embargo, con el objetivo de proteger la salud pública y mejorar la calidad del agua, se ha aprobado el Real Decreto 3/2003

Este decreto establece criterios sanitarios más estrictos para la presencia de PFAS en el agua potable.

La normativa actual exige el control de 4 PFAS específicos: ácido perfluorooctanoico (PFOA), ácido perfluorooctanosulfónico (PFOS), ácido perfluorononanoico (PFNA) y ácido perfluorohexanosulfónico (PFHxS). A partir del 2 de enero de 2025, este número se ampliará a 20 PFAS.

Si bien la normativa española establece límites de 0,10 µg/L para cada uno de estos PFAS, las autoridades sanitarias han indicado que, incluso si se detectan niveles superiores en algunas redes de abastecimiento, el agua no será declarada no apta para el consumo. Esto se debe a que la obligatoriedad de cumplir con los límites no entra en vigor hasta 2025.

Es importante destacar que:

  • La falta de datos históricos sobre los niveles de PFAS en España dificulta evaluar la exposición real de la población a estas sustancias.
  • La presencia de PFAS en el agua potable es un problema de salud pública emergente que requiere un seguimiento y control rigurosos.
  • Se necesitan más investigaciones para comprender completamente los efectos de los PFAS en la salud humana y para establecer límites de seguridad más precisos.

En resumen, la situación actual en España con respecto a los PFAS en el agua potable está en constante evolución. Se están tomando medidas para mejorar el control y la regulación de estas sustancias, pero aún queda mucho por hacer para proteger la salud pública.

Actualmente, la única forma de saber si nuestra agua contiene o no PFAS es a través de la web del Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo del Ministerio de Sanidad. Allí se puede investigar a partir de la selección de la comunidad autónoma, la provincia y el municipio.

¿Hay PFAS en el agua embotellada? 

La normativa sobre PFAS en alimentos y aguas envasadas, según nos indica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), debe ser más estricta, con el objetivo de evitar todos los riesgos que conllevan su consumo.

Los objetivos son reducir la exposición fijando un límite máximo en el consumo de PFAS. Para aguas potables preparadas se indica que la suma de los 20 PFAS que se analizaran no podrá superar los 0,10 μg/l. Aunque este valor no será aplicable hasta el 12 de enero de 2026. 

¿Cómo eliminar los PFAS y las sustancias químicas del agua del grifo?

Actualmente, una de las mejores formas que tenemos de eliminar los PFAS del agua de consumo humano es utilizando sistemas de filtrado.

Dentro de los purificadores de agua encontramos una amplia gama de opciones. En este artículo hablamos en profundidad de ellas, cómo funcionan y sus usos según tus necesidades actuales. 

Nuestra opción preferida es la que combina los gránulos de zeolita y carbón activo. La combinación de ambos maximiza su capacidad de eliminación de impurezas y ha demostrado reducir en un 99,5% la cantidad de PFAS en el agua

La zeolita es un mineral poroso que absorbe y elimina eficientemente metales, amoníaco, compuestos orgánicos, isótopos radiactivos y PFAS.

Otro aspecto positivo es que el filtro, fabricado en acero inoxidable, no altera el sabor del agua ni introduce subproductos de degradación plástica que puedan actuar como disruptores endocrinos.

El impacto de los PFAS en el medio ambiente

Uno de los principales problemas de los PFAS es su alta estabilidad química. Estas sustancias no se descomponen fácilmente en el ambiente, lo que les ha valido el apodo de «químicos eternos». 

Su persistencia lleva a una acumulación gradual en el suelo, el agua y los organismos vivos que impacta negativamente a través de diversas vías: 

Contaminación del agua

Los PFAS pueden infiltrarse en fuentes de agua potable a través de diversas vías, como el desecho industrial, el uso de espumas contraincendios y la filtración desde vertederos. 

Una vez en el agua, son extremadamente difíciles de eliminar mediante los métodos de tratamiento convencionales.

Impacto en la fauna y la flora

La presencia de PFAS en cuerpos de agua afecta gravemente a la vida acuática. Estudios han demostrado que estos compuestos pueden causar problemas de desarrollo, reproducción y comportamiento en peces y otros organismos acuáticos. Los PFAS se acumulan en las cadenas alimenticias, cosa que afecta no solo a los animales acuáticos, sino también a los depredadores que se alimentan de ellos, incluidos los humanos.

Suelo y ecosistemas terrestres

El suelo contaminado con PFAS puede llevar a la absorción de estos químicos por las plantas, lo que puede afectar a la salud de los ecosistemas terrestres. 

Las plantas pueden transferir los PFAS a los animales herbívoros que las consumen, y así se perpetúa la contaminación a través de las cadenas alimenticias terrestres.

Efectos sobre la salud humana

Aunque el impacto directo en el medio ambiente es evidente, la acumulación de PFAS en el ecosistema también representa un riesgo significativo para la salud humana.

Los estudios epidemiológicos han asociado la exposición a PFAS con diversos problemas de salud, incluidos trastornos hormonales, problemas del sistema inmunitario, cáncer y otros efectos adversos a largo plazo.

Regulaciones y medidas preventivas

En respuesta a la creciente preocupación, muchos países están implementando regulaciones para limitar la producción y uso de PFAS. Estas medidas incluyen la prohibición de ciertos PFAS en productos de consumo y la introducción de normas más estrictas para la eliminación y tratamiento de desechos industriales que contengan PFAS.

En definitiva, los PFAS representan una amenaza persistente y significativa para el medio ambiente debido a su alta estabilidad y capacidad de bioacumulación. 

Los esfuerzos para reducir su uso y mejorar las tecnologías de descontaminación son cruciales para proteger tanto el medio ambiente como la salud humana.

Es imperativo que continúen las investigaciones y se adopten políticas efectivas para mitigar los impactos negativos de estos compuestos.

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