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Café de especialidad bajo en acrilamidas y sin micotoxinas

Preparar café de especialidad

Tomar café es uno de los mayores placeres del día y no solo porque para muchos sea indispensable para ponerse las pilas por la mañana, sino por la intensidad de sabor y aromas que desprende, que nos hace activar todos los sentidos.

Consumirlo en su justa medida es un hábito saludable, ya que se trata de una bebida rica en antioxidantes. Nos ayuda a aumentar tanto el rendimiento físico como mental, a mejorar el estado de ánimo y también, a reducir la sensación de cansancio. Ahora bien, a la hora de escoger un café de especialidad, de la máxima calidad, hemos de tener en cuenta una serie de aspectos que nos ayudarán a hacer una elección lo más saludable posible.

Asegúrate de que tu café sea bajo en acrilamidas

Las acrilamidas son unas sustancias naturales clasificadas por la OMS como potencialmente cancerígenas que se forman cuando se someten a temperaturas superiores a 120 °C alimentos que tienen en su estructura principalmente hidratos de carbono (o aminoácidos como la asparagina).

A los cafés torrefactos se les añaden azúcares en su proceso de tueste, así que están repletos de acrilamidas y los deberíamos descartar. En los cafés naturales, la cantidad de acrilamidas que se generan a partir del almidón propio del café varía dependiendo del tiempo y la temperatura a la que se tuesten.

Las marcas de cafés a gran escala, por lo general, someten los granos a poco tiempo de tostado, pero a temperaturas muy elevadas que rondan los 600 °C. ¡Un método que supone una gran fuente de acrilamidas!

Nuestros cafés se tuestan a baja temperatura para minimizar la cantidad de acrilamidas presentes en el producto final. Nuestro laboratorio externo certifica valores de acrilamidas alrededor de 180 μg/kg, valores muy inferiores a las cantidades de acrilamidas máximas permitidas por ley, que están en 400 μg/kg.

Que sea natural y esté libre de micotoxinas

Las micotoxinas son unos metabolitos tóxicos producidos por hongos que son potencialmente cancerígenos, hepatotóxicos y que pueden afectar el sistema hormonal e inmunitario.

En el café, la micotoxina más común es la OTA (ocratoxina A) y es habitual encontrarla en los cafés rancios, crudos y con granos defectuosos. El tueste al que se someten los granos de café verdes mata los hongos, pero no elimina las micotoxinas producidas antes del tueste.

Aunque el límite legal para la OTA es de 5 μg/kg para el café tostado, en los análisis realizados por nuestros laboratorios externos la cantidad de esta micotoxina presente en nuestros cafés es inapreciable, lo que denota la gran calidad, tanto en el campo organoléptico como en el de la salud, de nuestros cafés.

Café de Colombia: nuestro café de especialidad

Cuando hablamos de variedades de café podemos diferenciar principalmente dos, que son las más comercializadas. La arábica (Coffea arabica) y la robusta (Coffea canephora). Ambas son la misma especie, pero tienen requisitos de cultivo distintos que determinan sus características de sabor y aroma; la variedad arábica tiene un sabor ligeramente afrutado, dulce y floral, y la robusta destaca por su potencia y amargor.

El café arábica es el más exclusivo, ya que solo crece en zonas elevadas, entre 600 y 2.300 metros de altitud, de aquí que se le conozca como café de altura, donde hay las características que necesita: temperatura constante, humedad elevada y sin luz directa. Cuanto más elevada es la zona de cultivo, más complejos son los aromas de sus frutos y más difícil, reducido y exclusivo se convierte su café.

Además, otra cosa que debemos tener en cuenta es que el café contiene pequeñas cantidades de ácido clorogénico. En la cantidad en la que lo encontramos en una taza de café y para la población general no genera problemas, pero hay gente especialmente sensible que tiene que salir corriendo al baño. Si este es tu caso, prueba con los cafés 100% arábica, que destacan por tener la mitad de ácido clorogénico que la variedad robusta.

A nivel mundial y según los expertos, el café colombiano tiene un perfecto balance de aromas, lo que lo convierte en uno de los más apreciados. 

Colombia posee unas condiciones climáticas ideales y, si hablamos en concreto del departamento de Cauca, nos encontramos ante un escenario perfecto para poder producir granos de calidad. Con una altura media alrededor de los 1.700 m, nos permite obtener un café de altura, muy rico en nutrientes y de aroma suave. Además, desde el año 2011, el departamento de Cauca cuenta con su propio título de “Denominación de Origen”.

En cuanto a cómo comprar el café de especialidad, siempre existe la opción de hacerlo en formato en grano o molido.

El café se oxida, pierde propiedades y aroma en contacto con el aire tras tan solo 15 minutos de haberse molido. Así que sería ideal comprar el café en grano y molerlo en casa justo antes de consumirlo. Así ganarás sabor, aromas y evitarás que se oxide. ¡Moler el grano es un minuto de tu vida y a cambio te quedas con todos los aromas y antioxidantes intactos del café!

Y si, por el contrario, eliges comprarlo molido, que sea en pequeño formato para minimizar la oxidación.

¿Con cafeína o sin?

El café como tal puede ser muy beneficioso para la salud, pero es cierto que no todo el mundo tolera bien la cafeína. Si gestionas mal los nervios, el estrés, sientes ansiedad a menudo, tienes problemas digestivos o, directamente, notas que el café con cafeína no te sienta bien, siempre tienes la opción de tomar el café descafeinado.

El problema de los descafeinados es el método que se utiliza para eliminar la cafeína. Cuando busques un descafeinado es muy importante que mires qué método se ha utilizado y te decantes por aquellos cafés en los que se indique que se ha aplicado el método del descafeinado al agua

Este es un método muy suave que no afecta a la calidad final del café. Además, tampoco deja trazas ni de cafeína, ni de residuos tóxicos, como el cloruro de metileno, utilizado en los métodos convencionales.

¿Cómo hacer café de especialidad en casa?

Hacer café de especialidad en casa es supersencillo. Para empezar sería ideal si tuvieras un molinillo de café manual

Una vez molido, el café se oxida en 15 minutos, así que poder moler el grano en el momento es muy interesante, no únicamente por su mayor valor nutricional, sino también porque así conserva el aroma y el sabor de forma más intensa. 

Eso sí, asegúrate de que tu molinillo sea de acero inoxidable o cerámica y evita que contenga plástico u otros materiales poco adecuados.

El siguiente paso e imprescindible es que tengas una cafetera. Hay cafeteras de muchos tipos: de espresso, de cápsulas, superautomáticas, italianas, cold brew, de vacío… Aunque a nosotros hay dos que nos gustan especialmente: la cafetera de goteo con agua y la cafetera de prensa francesa.

La cafetera de goteo con agua es la cafetera ideal para disfrutar de un buen ritual de slow coffee. Preparar el café con esta cafetera es muy sencillo; te dejamos los pasos para que lo veas:

  1. Muele el café a una molienda media, más fina que la que se usa en la prensa francesa, pero más gruesa que la utilizada en una cafetera espresso.
  1. Coloca el filtro de acero inoxidable sobre la cafetera.
  1. Coloca el café molido en el filtro. La cantidad de café y agua va a gustos. Lo habitual es una proporción 1:15 de café a agua, pero puedes aumentarla o disminuirla si quieres un café más suave o más intenso. Por ejemplo, para 1 litro de agua, que es la capacidad de esta cafetera, la proporción 1:15 sería de 66 g de café.
  1. Calienta agua a unos 90-95 °C. Procura que no llegue a hervir. El agua demasiado caliente puede quemar los granos de café y afectar al sabor.
  1. Vierte una pequeña cantidad de agua caliente (algo así como el doble del peso del café) sobre el café molido para humedecerlo. Espera 30 segundos.
  1. Vierte ahora el resto del agua caliente, lentamente y dibujando círculos sobre todo el café.
  1. Deja reposar y gotear entre 2 y 4 minutos.
  1. Sirve y disfruta.

Después tenemos la cafetera de prensa francesa. Este es un método tradicional de elaboración de café que funciona utilizando un proceso de infusión del café molido para extraer sus aromas y aceites. En este caso, los pasos serían:

  1. Muele los granos de café, pero no demasiado, es mejor que queden algo gruesos para que el filtro de la prensa francesa no deje pasar los posos.
  1. Retira el émbolo de la cafetera y coloca el café molido en el fondo. La cantidad de café y agua va a gustos. Lo habitual es una proporción 1:15 de café a agua, pero puedes aumentarla o disminuirla si quieres un café más suave o más intenso. Por ejemplo, para 1 litro de agua, que es la capacidad de esta cafetera, la proporción 1:15 sería de 66 g de café. 
  1. Calienta agua a unos 90-95 °C. Procura que no llegue a hervir. El agua demasiado caliente puede quemar los granos de café y afectar al sabor.
  1. Vierte el agua caliente sobre el café, procurando que quede todo humedecido.
  1. Coloca la tapa y el émbolo en la parte superior de la cafetera. Bájalo hasta dejarlo por encima del nivel del agua, pero sin presionar. Deja que el café repose durante unos 3 o 4 minutos.
  1. Pasado el tiempo, presiona lentamente el émbolo hacia abajo. El filtro metálico separará los posos del café líquido.
  1. Sirve y disfruta.

Si no puedes vivir sin un buen café al día, debes saber que no todos los cafés son iguales. En nuestra tienda encontrarás café natural 100% arábica de tostado suave y bajo en acrilamidas tanto en grano como molido para que escoger un buen café sea fácil. ¿Te animas a probarlo?

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